El Pibe que "insulto" a Roman

El pibe que hizo enojar a Riquelme cuenta que mucha gente le agradeció por motivar al 10 y le ofrece disculpas: "Este lío es una locura".

Cómo tocan los Stones, ¿no?", dice con sonrisa canchera Agustín Pozzetti, ya más relajado en el living de su casa. Chico de clase alta, músico y apasionado por Boca, el ringtone de su celular no para de sonar. Si hay una fórmula para pasar de hincha desconocido a recorrer todos los medios, él parece tenerla. Aunque diga que no le causa gracia. Aunque su affaire con Riquelme en pleno partido contra Racing haya despertado opiniones encontradas. Aunque Román, ya sin el "gritalo, gritalo", haya vuelto a la carga sobre él. Y otra fiscal lo haya hecho sobre el 10 de Boca, imputándolo por dos contravenciones. Todo, claro, a partir de su grito.

-¿Qué sentiste cuando lo miraste por TV?

-Lástima. Me dio lástima que Román no entendiera que lo estaba alentando. El lío que se armó por esto es una locura. Denigrante.

-¿Qué le dijiste para que Román reaccionara así?

-Pocas palabras: "Vamos Riquelme, poné huevo, estamos en Boca". No fue en señal de reclamo, sólo de aliento. Nunca lo insulté.

-¿Y por qué fue?

-Por nada en especial. No me molestó nada. Lo hice porque Román estaba cerca. Me paré con las manos en alza, le grité eso y justo ahí me focalizó.

-El habló de otro gesto.

-Sí, sí, me agarré los testículos, pero como diciendo: "Vamos, pongamos huevo, vamos que podemos".

-El lo tomó mal.

-Puede ser, sí, quizá lo interpretó mal. Por eso, si lo ofendí, le pido perdón. No te gusta que te griten, que te alienten de ese modo, bueno, no sabía que era así tu política. Perdón.

-¿Te extrañó que él se sacara por tu grito?

-No. Me sentí desilusionado. Dije: "Pucha, si él pensó que yo lo ofendí y metió un gol, si hubiera sentido que lo alenté, qué habría hecho... Cuando salí de la cancha muchos hinchas me decían: "Pibe, te debemos el partido". Algunos lo entendieron así.

-Igual sorprende la reacción de alguien acostumbrado a que le griten...

-Fue un gritito comparado con lo que grito siempre. Si yo te puteo, lo hago afuera. Adentro no sirve de nada. Hay jugadores que se merecen que los puteen. Pero yo jamás lo hice.

-Cuando te miró la primera vez, ¿qué sentiste?

-Fue una mirada penetrante, soberbia, como diciendo: "Te tengo, sé quién sos". Ahí le grité más. Dije: "Bueno, me escuchó". Pero a varios jugadores les grité como a él. Y me lo agradecieron. Palermo fue uno. Dos veces.

-Y cuando lo viste venir después del gol...

-Sabía que venía a buscarme. Pero todos los sentimientos que tenía se me taparon con la lástima. Yo quería gritar el gol con él. Se vio por TV. Si lo quería putear, ahí era el mejor momento. Y no lo hice.

-¿Llegaste a escuchar lo que te dijo?

-Me puteó de arriba abajo. No me lo olvido más.

-¿Te dolió?

-No, porque Riquelme no me genera idolatría o amor. Dije: "Qué lástima, man, si yo le grité para alentarlo".

-¿Le agarraste bronca?

-Para nada. No es mi ídolo, pero quiero que se quede toda la vida en Boca. Sí me parece que se equivocó cuando dijo algo sobre mi padre. Sí, con él no hablo hace mucho. Pero no tendría que haberse metido en mi vida personal. Yo no me metí en la suya. También le erró con la edad. No tengo 14 sino 21. Soy mayor.

-¿Y sos de insultar a los rivales?

-Sí, sí, al cuarto árbitro, asistentes, técnicos... Pero con gente desubicada. Me peleé mucho, pero nunca llegué a la agresión. Hace un año que voy a esa platea preferencial y siempre me pongo nervioso. Y contra Racing sufrí mucho.

-¿Ahora vas a ir al próximo partido?

-Por supuesto. Boca es mi pasión, mi corazón.

-Ya no vas a pasar inadvertido, lo sabés...

-Algunos me dieron la idea de que le lleve una bandera para Román. Si es para bien, no lo descarto.

-¿Te gustaría hablarle?

-Si es positivo, hago lo que sea. Voy caminando a Luján. Lo mismo con la causa. Si alguien me dice qué tengo que hacer para que a Román no lo sancionen, lo hago. Igual, es una locura que un fiscal se esté fijando en estas cosas

-¿Sabías que el árbitro debió haber amonestado a Román por insultarte y era la quinta amarilla?

-Sí, lo dijo Lunati. Si ya sentí lástima por lo que pasó, si encima Román se perdía un partido por esto se me hubiesen caído las lágrimas. Por suerte, no pasó.